Los aspectos físicos, geológicos y climatológicos de una región determinan su vegetación, su fauna e incluso condicionan a sus habitantes.
Los factores edáficos son aquellos que tienen en cuenta la composición del suelo, sus usos y su posible degradación por efecto de la acción humana.
En Íllora podemos encontrar los siguientes tipos de suelos:
Rendzinas y litosoles: Estos suelos los podemos encontrar en las cumbres de Parapanda. En ellos las dolinas abundan por doquier, y son aptos sólo para piornales u pastos ralos, al ser pobres en elementos nutrientes. Es fácil observar derrubios y espejos de fallas, como en el caso del Tajo de las yeseras.
Regosoles sobre conglomerado: Suelos que aunque se han utilizado para agricultura no tienen buenos resultados; aquí se instalarán las roturas de olivos y almendros.
Regosoles litosólicos: En estos suelos se encuentra gran parte de los encinares y monte bajo del municipio, como ocurre en el Espinar.
Cambisoles y fluviosoles: Son los suelos que ocupan los valles de ríos y arroyos. Muy horizontales, son buenos para la agricultura, con elementos inorgánicos que los hacen muy ricos pero de difícil drenaje. Son abundantes en Escóznar, Brácana y Tocón.
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