Albarradas

Aunque se suelen asociar las prácticas conservacionistas a la época contemporánea, la lucha contra la erosión y la desertificación ha formado parte desde siempre de la actividad humana al ocupar medios en los que las condiciones no eran óptimas para el cultivo y aprovechamiento del suelo.

Las albarradas son una muestra ejemplar de estas acciones, tendentes a conservar el medio, y a aprovechar los recursos en zonas que a priori parecen inadecuadas para su explotación agrícola.
Para comprender su existencia hay que destacar la relevancia de las zonas de monte como medio de subsistencia en épocas de gran precariedad económica y escasez de alimento. Para muchos habitantes, el monte era el único medio para la subsistencia, y resultaba necesario evitar los daños y la erosión que las torrenteras podían provocar en el terreno. Para ello se construían una especie de presas que pudieran evitara que el agua discurriese arrastrando pendiente abajo la tierra fértil, formando torrenteras. La construcción se realizaba usando los materiales disponibles sobre el mismo terreno, lo que nos muestra la dificultad de la tarea realizada en la Sierra de Parapanda, y el esfuerzo que debían realizar los habitantes, de escasos recursos económicos, para aprovechar al máximo los recursos de la sierra.
Para poder contemplar albarradas podemos dirigirnos a la zona de Parapanda que limita con Alomartes (Huerta Cambil) y seguir la ruta de las Merendicas, en la zona denominada Cañada Honda. Allí también podremos encontrar otras construcciones tradicionales como refugios, caleras y una era.

 
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